Lic. Maria Cristina Rodriguez Garcia
Falleció en Huamantla, Tlaxcala el día 9 Diciembre 2016
"Oh Sangre y Agua, que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, yo confío en vos."
La Familia Sanchez Rodriguez
Misa I Aniversario a celebrarse en el Ex Convento Franciscano Huamantla , Tlaxcala
Esta es una necrológica de Lic. Maria Cristina Rodriguez Garcia publicada debido a su fallecimiento el en Huamantla, Tlaxcala. Para contribuir a su obituario o para enviar condolencias a la familia de Lic. Maria Cristina Rodriguez Garcia, por favor escribe un comentario.
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Lic. Maria Cristina Rodriguez Garcia
Estimada familia Sánchez Rodríguez:
Aunque no conocí a la licenciada María Cristina ni lo conozco a ustedes, si conozco el dolor de la pérdida de un ser querido y también sé que, aunque pasen años después de la perdida, se sigue sintiendo el vacío que queda. ¿Qué nos puede ayudar? La esperanza; pero no cualquier esperanza, sino una bien fundada. La Biblia nos habla de la esperanza de la resurrección. En Job 14:14, 15 se lee: «Si un hombre muere, ¿puede volver a vivir? Esperaré todos los días de mi servicio obligatorio hasta que llegue mi liberación. Tú llamarás y yo te responderé. Ansiarás volver a ver la obra de tus manos.» ¿Qué dan a entender esas palabras? Que alguien que ha muerto podrá volver a vivir. ¡Imagínense volver a estar con María Cristina! Por supuesto, el Creador del ser humano, Jehová Dios, es el único que puede hacer eso y podemos confiar que lo hará en el tiempo y lugar adecuado para ello. Como señala la parte final de la cita bíblica, Él ansía llevar a cabo la resurrección.
Si desean saber más detalles sobre la esperanza de la resurrección, les invito a que visiten el sitio de internet JW.ORG. Ahí podrán descargar publicaciones bíblicas sin costo, como el libro «¿Qué nos enseña la Biblia?». En su capítulo 7 se trata el tema «Dios resucitará a los muertos».
https://www.jw.org/finder?pub=bhs&wtlocale=S&srcid=share
Gracias por la oportunidad de dirigirme a ustedes. Que Dios les dé consuelo y esperanza.
Atentamente,
Francisco Peñas