Apreciable familia Mireles.:

Lamento mucho su pérdida, y el dolor que ustedes y sus seres queridos están afrontando en estos difíciles momentos.

Valoro mucho la oportunidad de escribirle estas palabras, pues así como yo recibí mucho consuelo de diversas fuentes cuando perdí en la muerte a mi hermano, sé que ustedes también encontrarán mucho consuelo de parte de Dios a través de medios como éste, y por supuesto, de manera personal con sus allegados allá en Aguascalientes.

Algo que me consoló mucho, y deseo compartirles, es el relato de la resurrección de Lázaro, un amigo muy querido por nuestro Señor Jesús.
El relato lo encontrarán en el evangelio de Juan, capítulo 11:

**Entonces María llegó adonde estaba Jesús y, cuando lo vio, cayó a sus pies y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Jesús, al verla llorando a ella y también a los judíos que la acompañaban, se conmovió en lo más profundo de su ser y se sintió angustiado. Les preguntó: “¿Dónde lo han puesto?”. Le contestaron: “Ven, Señor, y lo verás”.  A Jesús se le saltaron las lágrimas. Al verlo, los judíos se pusieron a decir: “¡Miren cuánto lo queríaPero algunos de ellos decían: “Si este hombre pudo abrirle los ojos al ciego, ¿no podría haber impedido que Lázaro muriera?”. Jesús, después de conmoverse otra vez en su interior, fue a la tumba. En realidad era una cueva, y había una piedra tapando la entrada. Jesús dijo: “Quiten la piedra”. Pero Marta, la hermana del difunto, le dijo: “Señor, ya debe oler mal, porque han pasado cuatro días”. Jesús le preguntó: “¿No te dije que si creías podrías ver la gloria de Dios?”. Así que quitaron la piedra. Entonces Jesús levantó la mirada al cielo y dijo: “Padre, te doy las gracias por haberme escuchado. Yo sé que tú siempre me escuchas, pero lo digo por la multitud que me rodea, para que crean que tú me enviaste”. Y, después de decir esto, gritó con fuerza: “¡Lázaro, sal!”. El que había estado muerto salió. Tenía los pies y las manos atados con vendas y la cara envuelta con una tela. Jesús les dijo: “Quítenle las vendas y dejen que se vaya”.**

Qué consolador saber que a Jesús le duele vernos sufrir por la pérdida de un ser querido!!! Las lágrimas de Cristo ante el dolor de las hermanas de Lázaro, nos ayudan a tener la certeza de que, desde el cielo, él y su Padre comprenden nuestro pesar, y también les duele nuestra pérdida.

Cómo Maggie les escribió antes que yo, Dios nos da una esperanza maravillosa.
Y además, en su Palabra, la Biblia, nos da muchísimo consuelo para este período de dolor que están enfrentando.
Si lo desean, pueden consultar este valioso artículo con consuelo bíblico :

Consuelo ante la muerte
https://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=2016084&srcid=share

Mis más sinceras condolencias…

Alejandro Martínez

Mi mas sinceras condolencias a la familia del Sr Francisco Mireles Huerta,son momentos muy dificiles en los que necesitamos un consuelo, unas palabras de aliento, un fuerte abrazo. Y porque no de parte de Dios, en el Salmo 147:3 nos dice de Jehova: Sana a los que tienen el corazon destrozado y venda sus heridas. Y en Hechos 24:15 se dice de Dios, » Tengo esperanza en Dios, de que va a haber resurreccion.» Se Imagina volver a ver a nuestros seres queridos que han fallecido! Y esto no es un sueño, sera realidad pronto. Si desea conocer mas al respecto ingrese por favor al sitio JW.ORG sobre el tema Cuando muere un ser querido. (Folleto) . Lamento mucho su perdida.