DOÑA BERNADETTE LAPIERRE

VIUDA DE DON JULIO MORO-GLEZ BRETO

Falleció en el día 1 de marzo de 2019

D.E.P.

Sus hijos, Javier y Carlos; nietos Candela, Violeta, Sebastián y Olivia; sobrinas, María del Carmen y Alexandra y demás familia

Ruegan una oración por su alma

La misa por su eterno descanso se celebrará el martes dia 12 de marzo, a las diecinueve treinta horas, en la parroquia de San Luis de los Franceses (calle de Lagasca,89) de Madrid

Carta a mi madre en su funeral,  por Javier Moro

Mamá, hace 12 días el destino te arrancaba de esta ciudad en la que echaste tus raíces cuando, hace la friolera de 66 años, te enamoraste de Julio, de papá.  Ya estáis de nuevo juntos, bajo la tierra de Castilla que tanto os gustaba.

Papá fue el responsable de que te enamorases también de todo lo español.  Me lo repetiste en nuestro último aperitivo en una terraza de la calle Velázquez: “Las dos mejores decisiones de mi vida han sido, primero instalarme en España y segundo, quedarme aquí después de la muerte de tu padre”.   

Te encantaba el piso que mi hermano Carlos te había conseguido y en el que te había instalado con tanto mimo. Adorabas los cielos de Madrid, la tortilla de patatas del mercado de la Paz de la que fuiste la mas acérrima valedora, te gustaban los alrededores de la ciudad…  nada te hacía mas ilusión que asistir a un espectáculo de danza española. Porque fue después de ver al bailarín Antonio, en los Estados Unidos donde vivías de joven, que decidiste que querías conocer el lugar donde se bailaba así. Insististe tanto que mi abuelo no tuvo mas remedio que mandarte a aprender español a San Sebastián.  Acabaste en un convento de monjas del que solo me contaste un recuerdo: “Nos obligaban a ducharnos con la ropa puesta.” Poco tiempo después conociste a papá, un hombre abierto y tolerante, y las aberraciones de aquella España santurrona dejaron de hacer mella en ti.

En realidad,  mamá, aparte del flamenco y del clima, de lo que  sobre todo te enamoraste fue de la gente. Esa dignidad elegante y sobria de los madrileños, esa simpatía natural,  ese ‘ya me lo pagará usted otro día’ cuando te quedabas sin cambio en el mercado, ese ‘déjeme ayudarla a cruzar’ que jamás te faltó cuando te faltaron las fuerzas, esa alegría contagiosa, aún en los momentos mas duros, de todo esto te hiciste adicta.   Tuviste además el detalle de aprender a hablar español sin acento, cosa que mi hermano y yo te agradecimos siempre mucho.

Pero no por querer mucho a España dejaste de ser muy francesa.  De los 465 quesos que hay en Francia, creo que te gustaban 464. Nos enseñaste a sentirnos como pez en el agua en ambas culturas, y es algo que te agradeceremos siempre.  Ese patriotismo tuyo tenía que ver con tu infancia, marcada por la guerra. Cuantas veces me contaste la desazón de la abuela al ver desfilar por primera vez, al paso de la oca, a los soldados del III Reich por los Campos Elíseos. Tenías 7 años y aprendiste lo que es la escasez, el toque de queda, las alertas aéreas y a vivir bajo la ocupación.  Un día tu hermano llegó con una gallina para tenerla en el balcón. El problema es que no ponía huevos. Hasta que un día encontraste uno. Y luego, cada cierto tiempo, otro. No fue hasta acabar la guerra cuando supiste la verdad: aquella gallina jamás había puesto un huevo, quien los colocaba allí era la abuela, cuando los conseguía en el mercado negro.  Cosas que hacen las mamas…

Tenías doce años cuando entraron las tropas aliadas a liberar Paris. Un soldado americano te regaló el primer chicle que probaste en tu vida.  Nunca olvidaste ese momento, como tampoco olvidaste el sabor del primer helado que probaste nada mas llegar a Estados Unidos, donde el abuelo había sido nombrado diplomático.   

Mamá, te daba miedo el trance,  –j’ai peur du passage, decías. Creías en el cielo pero estabas ferozmente abrazada a la tierra, y la muerte te provocaba un terror animal.  Pero te has apagado sin dolor, el salto ha sido dulce, como si de esa manera la muerte hubiera querido compensarte por todo el sufrimiento, la humillación y la depresión de los últimos cinco años.  

Yo te recuerdo como lo que fuiste: una mujer alegre, vital, muy amiga de tus amigos, siempre dispuesta a hacer un favor, muy madraza, cero ñoña.        Cuando te quedaste viuda, a los 46 años, escondías tu pena para que no la notásemos. Te hiciste invisible para dejarnos volar. Siempre nos enseñaste a ser independientes y a no tenerle miedo a la vida.  

De la misma manera que tus padres te dejaron ir a los 16 años a aprender español al país vasco, cuando quise irme a los 17 años a pasar un verano en el ártico canadiense con una familia de esquimales, me animaste a ello,  a pesar de que tanto papa como tu teníais miedo de mandarme a un lugar tan lejano, solo. Recuerdo que mientras me llevabas al aeropuerto, luchabas para ahogar tus lágrimas. Antes de despedirnos me dijiste: ‘No metas tu ropa en la lavadora sin antes mirar bien todos los bolsillos’.  Lo tomé como una frase de madre nerviosa, pero en Canadá, al abrir la maleta, empecé a descubrir billetes de veinte dólares metidos en los cuellos de las camisas, en los zapatos, cosidos en los dobladillos, en todas partes… Cosas que hace una mamá, y que nunca se olvidan.

 

Eras religiosa a tu manera.  Heredaste de tus padres la idea de que la religión consiste sobre todo en ayudar a los demás, a los que no tienen la misma suerte que uno.  Siempre te he conocido ocupada en alguna obra de caridad, era algo que te daba paz mental. Cuando éramos pequeños, recuerdo que nos llevabas a mi hermano y a mi a los arrabales de Carabaña a repartir comida a las familias pobres.  A veces, pocas, la ayuda salía rana. Hace poco nos reíamos al recordar una anécdota que sucedió en una calle de Málaga, en el año 1963. Yo tenía 8 años. Al ver a un hombre en harapos, con un bastón en la mano y barbas hasta las rodillas, una especie de matusalén que estaba hecho polvo, te: Mama, mama, dale cinco pesetas a ese mendigo, anda dáselas. Insistí tanto que te acercaste a el y le tendiste unas monedas.   ¡Señora, ¿quien se cree que soy yo? –te gritó el- no soy ningún mendigo, y empezó a perseguirnos a bastonazos por la calle Larios.

Nunca perdiste el sentido del humor, aunque al final se te hizo mas negro.  Hace tres meses, un día te encontré especialmente mal, con dolores y un malestar profundo.  Te pregunté: ¿qué puedo hacer por ti? Me miraste y me dijiste: Tirarme por la ventana. Te seguí la broma macabra y te dije: Mamá, es que ahora no me apetece.  Además no conozco a ningún hijo que haya tirado por la ventana a su madre. Yo no lo voy a hacer, pídeselo a la cuidadora, si quieres. Entonces levantaste la mirada y me dijiste: “Bah!  Nunca va a querer! “

 

Adiós, mama, aunque prefiero decir:  ‘hasta luego’. Como reza el poema de San Agustín: la muerte no es nada, solo has pasado a la habitación de al lado. Lo que éramos el uno para el otro, lo seguiremos siendo.  El hilo no se ha cortado. ¿Por qué estarías fuera de nuestro pensamiento simplemente porque estas fuera de nuestra vista? Espérame, mamá, espéranos. No estas lejos, solo al otro lado del camino.

 

Esta es una necrológica de DOÑA BERNADETTE LAPIERRE publicada debido a su fallecimiento el en . Para contribuir a su obituario o para enviar condolencias a la familia de DOÑA BERNADETTE LAPIERRE, por favor escribe un comentario.

28 Comments

  1. Patricia 7 marzo, 2019 at 8:59 am - Reply

    Comienza su gran viaje.

  2. Antonio Martínez Beneyto 13 marzo, 2019 at 9:08 am - Reply

    Querido Javier, que despedida tan bella. Todos pasaremos a la habitación de al lado y mientras, mimaremos y cuidaremos ese hilo que nos mantiene unidos.

    Un abrazo muy fuerte.

  3. Sylvia 13 marzo, 2019 at 9:12 am - Reply

    Bonito recuerdo, cero ñoño, no se esperaba menos de ti

  4. Edwin 13 marzo, 2019 at 9:13 am - Reply

    Hermosa carta, que descanse en paz doña Bernadette

  5. Dori 13 marzo, 2019 at 9:16 am - Reply

    La muerte no existe, lo opuesto a la muerte es el nacimiento, somos seres de Luz ocupando un cuerpo, cuando abandonamos este, seguimos siendo esa Esencia, ese polvo de estrellas, continuamos nuestra vida en otro lugar (dicen que mucho mejor)
    Preciosas palabras llenas de amor de un hijo a su madre.

  6. Diana 13 marzo, 2019 at 9:55 am - Reply

    Hermoso. Un abrazo muy fuerte.

  7. Camila 13 marzo, 2019 at 10:59 am - Reply

    Que hermosa carta, mis condolencias desde Chile, un abrazo.

  8. César 13 marzo, 2019 at 11:08 am - Reply

    La vida no es más que la memoria de lo vivido. Un abrazo, Javier me ha encantado leer algo tan emotivo

  9. Julia 13 marzo, 2019 at 11:43 am - Reply

    Con el mismo cariño que nuestros familiares y seres queridos nos esperan cuando estamos por nacer, los que se nos han adelantado nos dan la bienvenida cuando morimos. Preciosa carta a Doña Bernadette. Muy sentida, con lindos recuerdos. Un abrazo en estos momentos tan tristes.

  10. Norma Sanchez 13 marzo, 2019 at 11:53 am - Reply

    Que hermoso tributo a un ser de luz, descanse en paz.

  11. Tuty Gutierrez de Piñeres 13 marzo, 2019 at 12:24 pm - Reply

    Gracias Javier por compartir esta carta de despedida con tan sentidas lineas, qué belleza y emotivo homenaje a tu madre.
    Me transporté a los cielos de Madrid de los que tanto siempre me he referido pues mi primera recomendación a cualquier viajero es «Mira para arriba, su cielo azul es inigualable!» . A veces pensaba que yo exageraba, pero hoy comprendí que no era solo mi percepción, ese cielo es real! Disfruté mucho cada anecdota, qué capacdad siempre para transportarnos. Ay esa gallina, el cuarto de al lado, mira en tus bolsillos, a volar su vuelo.
    Descansa en paz Doña Bernadette, tu luz resplandece en el cielo.

  12. Cristina Cossío 13 marzo, 2019 at 12:31 pm - Reply

    Es un entrañable homenaje a tu madre. Gracias por compartirlo. Del amor brota más amor…
    Eso es lo que me ha llegado, un abrazo

  13. SILVIA M 13 marzo, 2019 at 1:10 pm - Reply

    Linda carta, un abrazo con todo cariño.

  14. Liliana Valdes la Vallina 13 marzo, 2019 at 1:58 pm - Reply

    Hermoso mensaje a tu madre, tan tuyo!
    Un abrazo desde Mexico y mis oraciones.
    Ella ya descansa en paz!

  15. Martha sierra 13 marzo, 2019 at 3:10 pm - Reply

    Sin duda una mujer maravillosa que sigue viviendo atraves de sus hijos. Un abrazo.

  16. Pituka Belles 13 marzo, 2019 at 3:28 pm - Reply

    Qué bonito obituario Javier. Sin conocer a tu madre me la imagino, una mujer fuerte, alegre y positiva. Me encanta esta frase: «la religión consiste sobre todo en ayudar a los demás, a los que no tienen la misma suerte que uno». Por todo lo que cuentas de ella me recuerda en muchas cosas a mi madre (que gracias a Dios esta perfectamente a sus 91). De la misma generación, con una guerra a sus espaldas y ya sabiendo practicar la resiliencia sin que nadie les hubiera enseñado ni lo que quiere decir la palabreja. Recibe un fuerte abrazo y mi enhorabuena por tu escrito.

  17. Rosemary Fuqua 13 marzo, 2019 at 4:16 pm - Reply

    Gracias por libremente compartir esta carta con nosotros Me hubiese gustado conocerla, me enamore de ella al leer la carta. Que Dios la tenga en su santo reino y mis condolencias a toda la familia

  18. Carmen 13 marzo, 2019 at 5:18 pm - Reply

    Precioso obituario. Un abrazo, Javier.

  19. Carmina Claret de Sentís 13 marzo, 2019 at 10:14 pm - Reply

    Querido Javier ! Dicen que Amor con Amor se paga !!!! Tu carta tan preciosa llena de agradecimiento a tu madre , es el reflejo de lo que ella te dio . Que felicidad haber disfrutado de ella y guardar tan bonitos recuerdos ! Bernadette seguro estaba orgullosa de ti y su familia ! Dicen que el tiempo es relativo ! Así es que puedes decir : Hasta siempre querida mamá !. Los que tenemos fe esperamos volver a vernos !!! Siempre es bonito poder expresar los bellos sentimientos , gracias por compartirlos ! Muy buen hijo de una muy buena madre !!! Love a todos !😘❤️ Carmina

  20. Martha Tapia Camou 13 marzo, 2019 at 11:20 pm - Reply

    Compartiendo su dolor en estos momentos tan tristes…. Ella está en Paz… ya

  21. Ninoska Martínez Soria Galvarro 14 marzo, 2019 at 12:33 am - Reply

    Admirado Javier, tu dulce madre está en la gloria del Señor. Para ti y tu familia va mi sincero sentimiento de paz y la fortaleza que necesiten.

  22. Myriam Santana 14 marzo, 2019 at 3:03 pm - Reply

    Qué hermoso Javier! Leyendo tu carta veo a Bernardette, mujer extraordinaria que siempre fue tan cariñosa conmigo y los míos. Un fuerte abrazo .

  23. Lea Lehtola 16 marzo, 2019 at 9:21 pm - Reply

    Hermosa carta para una madre adorable! Un abrazo.

  24. Patricia Escamezbordy 16 marzo, 2019 at 11:07 pm - Reply

    Me ha llegado al alma, quiero a tu madre a través tuyo, quiero a mi madre que también se está yendo. Brindo por tí, pour ta maman ( c’est quelque chose d’avoir une maman) et je lui dirais la même chose: à tout à l’heure, maman, enseguida estoy contigo.

  25. María Antonieta 26 marzo, 2019 at 7:50 pm - Reply

    De casta le viene al galgo,
    Sencillamente… gracias por el privilegio de leer estas emotivas palabras 🙏

  26. concha muguerza 28 marzo, 2019 at 6:45 pm - Reply

    Querido Javier, te deje cuatro palabras al enterarme por instagram, estoy «fuera de cobertura» , debi llamarte pero no me atrevi a molestarte y veo que no me leíste. .mandarte el mas grande de los abrazos llenos de oraciones y me gustaria cantando…que es mi idioma; no llores si me amas , decia San Agustin..me parece imposible, pero es verdad que está a tu lado en algún lugar infinitamente mejor
    Os llevo en el corazón

  27. Jamilette Cruz 30 marzo, 2019 at 1:08 pm - Reply

    Estimada familia y amigos de Doña Bernadette Lapierre,

    Mis más sentido pésame, en momentos como estos necesitamos apoyo y consuelo es por eso que deseo compartir con ustedes unas alentadoras palabras registradas en el libro de 1 Corintios 15:26 ‘Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada.‘ Hallamos en la Biblia esta hermosa promesa, ¿cuando se hará realidad? Y, ¿Que esperanza hay para quienes se han dormido en la muerte? Le invito a visitar la página web jw.org/es para más información. También puede ver ver el link aquí compartido,

    https://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=1102012188&srcid=share

  28. Patricia Escamezbordy 28 abril, 2019 at 1:38 pm - Reply

    Leo y releo esta carta y la siento tan cercana…comparto totalmente tu sentimiento. Maman, son histoire, Madrid y el amor

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