MARÍA ISABEL LARRINAGA DE LUIS Hija de María del Sagrado Corazón
A los 67 años
Cofundadora de esquela.org
A los 67 años
Cofundadora de esquela.org
Falleció en Madrid el día 13 de octubre de 2017
D.E.P.
Sus hijos, Silvia y Yago Herreros de Tejada Larrinaga; hijos políticos, Pablo Remón Magaña y Paula Rodríguez Avendaño; sus nietos, Teo Remón; Lucía, Yago y Javier Herreros de Tejada; sus hermanos, Teresa, Elena, Javier, Beatriz, Patricia y Luis Larrinaga de Luis; hermanos políticos, Javier de la Peña Flórez, Iván de la Mora Armada, María del Pino Patiño Muguiro, Rafael de Mendizábal y Castellanos, Antonio González-Noaín Rodrigálvarez, Marta Silva de Lapuerta; tío, Alejandro Larrinaga Verano-Aguirre, primos, sobrinos, familia Herreros de Tejada Luca de Tena; Manuel Castel y Silvia Antonio.
Ruegan una oración por su alma
El funeral por su eterno descanso se celebrará (D.M.) el próximo viernes 20 de octubre, a las diecinueve treinta horas, en la Iglesia del Espíritu Santo (calle Serrano, 125) de Madrid
Carta de parte de sus hijos, leída por Silvia durante el funeral:
Cuando estudiaba guión en la escuela de cine, tenía un profesor que insistía mucho en encontrar el foco de la escritura, la “esencia” de nuestra alma de escritores. Esas cosas que se cuentan en las escuelas. Y este hombre, por alguna extraña razón, siempre me decía que yo tenía que escribir sobre ti. Yo, por supuesto, no le hacía ni caso y escribía sobre mis novios y otros temas interesantísimos de esa índole. Y él insistía: “¡pero escribe sobre tu madre!”. Un día, al final de curso, le dije, pero “¿por qué?, ¿por qué estás tan obsesionado con que escriba sobre ella? ¡Qué pesadez!” Y entonces empezó a contarme lo que él sabía de ti, por los ejercicios que yo había escrito en sus clases. Sabía, por ejemplo, que tu película favorita era “Sonrisas y Lágrimas” y que una vez la vimos tú, Yago y yo tres veces seguidas en un cine de sesión continua en la calle General Oraá. Sabía que eras cubana y que te habías exiliado de niña con tu familia y que el día que llegasteis a Washington era tu cumpleaños. Y que alguien compró una tarta en una gasolinera para que tú pudieras soplar las velas. Sabía que a mí me parecías guapísima, y que bailabas a Rod Stewart en el salón de casa. Y que eras tan divertida y tan alegre que tu risa rebotaba por las paredes y nos dejaba hasta eco. Sabía que tu mejor plan era sentarte con Yago en ese salón a hablar sobre pájaros y flores y la vida y que cuanto más interminables eran las conversaciones, más contenta estabas. Sabía que tenías un montón de hermanas y que eran todas muy escandalosas y que cuando las mayores vinisteis a España tuvisteis que cambiar el acento para ser aceptadas en la sociedad de la época. Sabía que lo mejor de tu vida éramos tus dos hijos. Y que hablabas de nosotros sin parar con todo el mundo y con tanto orgullo que, a veces, nos daba hasta vergüenza. Sabía que ibas a misa todos los domingos porque eras religiosa, sí, pero sobre todo porque te gustaba muchísimo cantar a viva voz y en la iglesia te explayabas. Me contó todo esto y me dijo: “tu madre es el personaje más fascinante que hay en tu vida, que lo sepas”. Y ahora lo sé. Mami, estos días nos han estado contando cosas que mi profesor no sabía. Tus amigas de Cuba nos han hablado de Tarará, y los de Los Angeles de cuando te volviste súper hippie. Muchísimos amigos nuestros han venido a contarnos a Yago y a mí que recuerdan los años de Claudio Coello como de los mejores de su vida. Y eso que solo estaban ahí los fines de semana. Nosotros, que estábamos full-‐time, recordamos los años de Claudio Coello contigo como unos años maravillosos. Llenos de felicidad y risas y de mucho aprendizaje, aunque no nos diéramos cuenta.
Carta a Mami. Viernes, 20 de octubre, 2017. Iglesia del Espíritu Santo. 1
Yago y yo hemos estado hablando de tu legado. Porque, claro, ahora sí nos damos cuenta de que, a tu manera, y sin que se te notara, nos enseñaste todo lo que somos. Nos enseñaste a vivir la vida con pasión: a bailar cuando había que bailar, y también a llorar cuando había que llorar. Nos enseñaste a decirnos que nos queríamos. Siempre, todos los días, nos decías lo muchísimo que nos querías y nosotros te lo decíamos a ti. Nos enseñaste a ser buenos y fuertes y muy importante: a ser alegres. Nos enseñaste a ser tolerantes y a comprender a todo el mundo con sus circunstancias. Querías ayudarnos siempre, por encima de todo, y así, nosotros aprendimos a ayudar a los demás. Nos diste libertad para tomar decisiones sobre nuestras formas de vida y te pareció muy bien que cada uno cogiera su camino. De hecho, yo seguí un camino que para ti era raro y diferente porque yo te salí rebelde: y tú, que en el fondo también lo eras, siempre me diste las gracias por abrirte la puerta a otras gentes y a otros mundos con los que, si no, tú jamás habrías tenido contacto. Echando la vista atrás, nos damos cuenta de que nuestra familia de tres -‐que éramos Yago, tú y yo-‐ es una de las más felices que he conocido nunca. Y ojalá nosotros podamos repetir con nuestros hijos -‐Lucía, Yago, Javier y Teo-‐ tus patrones tanto de alegría, como de enseñanza. O sea que, como me decía el profesor yo seguiré escribiendo sobre ti, y la gente te conocerá por mis libros. Y Yago hablará de ti todos los días a sus hijos y a quien se cruce por su camino. Una última cosa. Tu canción favorita de “Sonrisas y Lágrimas” es la que canta la madre abadesa cuando Fraulein María se enamora del Capitán Von Trapp, pero tiene muchas dudas. La canción, en español, se llama “Sube montañas”, pero tú siempre la cantabas en inglés. De hecho, ahora que la menciono, seguro que aprovecharías para cantarla a viva voz, ya que estamos en la iglesia. La cantabas fijo, vamos, porque a ti nada te daba vergüenza. [yo canto] “Climb every mountain Ford every stream Follow every rainbow ‘Till you find your dream” Tú has sido, y eres el arco iris que seguiremos. Nuestra mami de colores, como los pájaros raros que vienen de fuera. Esperamos que el cielo en el que tú tanto creías, y en el que ahora estás, sea tan azul como los cielos de Salzburgo bajo los que bailaba Fraulein María. Gracias por todo, Mami. Por ser como fuiste. Por hacernos como somos. Te queremos para siempre, y te damos un abrazo interminable de esos que tanto te gustaban a ti, de los de nunca soltarnos. Gracias.
Lo sentimos mucho , besos a la familia toda
Conocí a tu madre desde el día que nació, tu abuela Isabel vivía enamorada de ella pues le fascinaba los niños. Cargue a tu madre como si fuese mi muñeca y tu abuela a la cual yo quería mucho me dejaba. Después de tantos años he podido saber de nuevo sobre una familia a la cuál quise igual que ellos me quisieron. Fuimos vecinos por unos cuantos años y la amistad siguió por muchos años.
Me encantaría saber de ti. Muy triste saber del fallecimiento de tu mamá tan joven.
Estimada Lillian,
Soy Teresa, la segunda hija de Isabel y Severiano.
Debido a que nuestros padres murieron jóvenes, perdimos mucho contacto con sus amigos de Cuba. Nos encantaría saber más de ti y tu familia.
Tus palabras hacia nuestros padres y nuestra hermana han sido preciosas. Se nota que con gran afecto. Querríamos aprovechar esta oportunidad para agradecerte de todo corazón este mensaje tan bonito.
Millones de gracias.
Con todo nuestro cariño.
Un fuerte abrazo,
Teresa
Querida Teresa,
Que alegría tan grande saber de ti, nunca pensé que recibiría una respuesta. Tengo tantos recuerdos bellísimos de tu mamá y toda la familia. Acabo de hablar con mi hermana Sylvia y se puso muy contenta.
Me encantaría si me pudieses enviar tu correo electrónico para poder escribirte.
Mi correo es Lillita418@gmail.com
Muchos cariños y espero saber de ti.
LIllian
Querido Yago y Patricia, me entristece mucho la pérdida de Maribel, con quien tuve mucho trato. Lamento no poder asistir para estar a vuestro lado. Estoy internado por una pequeña infección y en mi caso el protocolo exige internacion!!
Un fuerte y sentido abrazo.
Queridos Patricia y Yago. Estamos fuera de Madrid y al leer Facebook nos hemos quedado tremendamente impresionados y apenados. Cuantos momentos compartidos con Maribel!!
Os enviamos un beso inmenso
Annie y Daniel
Noooo!!! Horrible noticia. Lo siento mucho, mi más sincero pésame a toda la familia. Lo siento enormemente, y fue un placer conocerla.
Un abrazo a todos.
Queridos Yago, Patricia y Antonio, lo siento muchísimo… Os mando un abrazo enorme y mucho ánimo para todos.
Lo siento mucho Patrícia… besos para toda la familia, en especial a Beti.
Estará en mis oraciones.
Con todo mi cariño
Myriam
Estoy en marbella y no podré asistir pero os mando a toda la familia un abrazo fuerte.r
Rezaré por ella !
Familia y queridos de Maribel – lo siento mucho su pérdida. Es obvio que Maribel fue bien amado por muchas personas. Lo comprendo que es perder un ser querido. Algo que anticipo son las palabras de Job 14:15, «tu (Dios) llamarás y yo te responderé». Esas palabras describen bien la resurrección que Dios nos promete. He encontrado muchos artículos alentador sobre este tema en JW.org. Les animo repasarlo en momentos difíciles. Atentamente- Colt
Un abrazo muy fuerte a toda la familia
Querida Patricia. El recuerdo de Maribel reposa en los corazones de todos los que tuvimos la fortuna de conocerla. Os mando un fortísimo abrazo a todos.
Patricia:. Sentimos muchísimo el fallecimiento de tu hermana, Maribel. Es tan triste perder a un ser querido y a una hermana, todavía más. Te mandamos un abrazo muy fuerte.
Ana y Javier MORENO-LAGO
Silvia y Yago, es una noticia tan desagradable el enterarme del fallecimiento de su señora madre, Doña Isabel, las vivencias y los recuerdos son los qué llegan a mi pensamiento, una señora muy agradable y cordial conmigo y mi familia. Tuvimos la suerte y la dicha de compartir muchas vivencias.
Un fuerte abrazo, con mucho cariño a la distancia.
Johanna Álvarez y Danny Cuesta
Yo no sé si debería estar dejando una reseña en Goodreads en vez de escribir esto aquí, pero es que acabo de terminar de leer ‘La otra isla’ y he sentido la necesidad de buscar «María Isabel Larrinaga de Luis» en google, he llegado aquí y… En fin, yo ya estaba llorando antes de llegar a la página de agradecimientos, con ese mueble dejado en la calle y ha sido TAN BONITO leer esta carta… como encontrar un tesoro oculto, con chorros de luz cegadora y brillos mágicos incluidos. Un inesperadísimo regalo al terminar una novela que no quería que acabara. Me ha encantado conocer a Mira, a Letty, a Lara… y a María Isabel Larrinaga. Gracias, Silvia, por hacer caso a aquel profesor.
Begoña